jueves, 16 de agosto de 2012
TENGO FE, PERO AYÚDAME
Hace mucho tiempo, Señor,
que estoy enfermo:
mis piernas se resisten a progresar
por las sendas de la fe,
buscan otros parajes más persuasivos
menos complicados y hasta menos exigentes.
Hace bastante tiempo, Señor,
que mis manos dejaron de abrazar a todos:
buscan lo fácil, la recompensa,
el amor por el amor, la gratitud por lo que dan.
Hace no sé cuánto, mi Señor,
que mi cuerpo derrama flujos de sangre:
de apatía y desencanto
inseguridad y altivez
orgullo, prisas, caídas,
pesimismo, desorientación y preocupación.
¿Me ayudarás, Señor?
Como la hija de Jairo necesito vida
Como el flujo de sangre
necesito que cortes de raíz
la herida que me debilita y me mata,
la sangre que necesito para vivir o darte gloria.
Sí, Señor; tengo fe pero…ayúdame.
Porque, si miro a mi alrededor,
veo que poco o nada pueden hacer por mí
Porque, hace mucho tiempo,
mucho tiempo, Señor, que los que me ven
ya no hacen nada por mí.
Por eso, Jesús, fuente de la salud y de la vida:
ayúdame a salir de las situaciones que me postran
a superar tantos flujos de sangre
que me dejan sin posibilidad de brindarme
por Ti, por tu Reino y por los que me necesitan
Y si me pides algo, mi Señor,
sabes que mi pobre fe,
aunque Tú la puedes hacer más rica
es lo que te puedo ofrecer como recompensa.
Amén
(PADRE JAVIER LEOZ)
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